La fuerza de la familia: las redes de apoyo en trasplantes de órganos

El Renacer más allá de la diálisis: la importancia de la familia en un trasplante


Foto: a la derecha Daisy Rodríguez, junto a su hermana y su madre.

Te contamos la historia de Sonia y Daisy, dos mujeres que tuvieron un trasplante de riñón, después de renunciar a continuar sus tratamientos de diálisis; así como el testimonio de Diego, un donante vivo.

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Antes de que su hermano enfermara y se vieran en la necesidad de realizarle un trasplante, algún tiempo atrás Diego Sánchez ya había señalado su intención de ser donante en caso de que le sucediera algo.

“Para mí fue digamos que lo más humano y natural posible. Creo que hay un valor que es transversal y es: yo puedo apoyar, puedo aportar y tal vez no estoy perdiendo nada, porque a veces la sensación que tiene la gente es que el donante pierde, y el donante no pierde nada. La ciencia lo que nos asegura es que lo que estamos donando, incluso para nosotros, no va a ser un riesgo en la vida”, precisó.

Son muchos los temores y las dudas de las personas al momento de decidir ser donante de órganos en vida, sobre todo, cuando el objetivo es donar un órgano sano, como un riñón, a alguien con una enfermedad grave, tendiendo en cuenta los posibles riesgos físicos y emocionales.

“Hemos visto que muchas personas tienen mucho miedo al hacer donación en vida, pero, por eso hacemos estudios específicos, estudios casi que de seguridad para estar tranquilos que en un momento dado no vas a sufrir de alguna enfermedad si donas en vida, y salvas la vida de tu familiar”, señaló la doctora Carolina Guarín.

Para Diego este no fue un factor que influyese en su decisión, en realidad, conocía los derechos que tenía como donante de órganos frente al sistema de salud, en caso de que ocurriese cualquier imprevisto.

Por eso, en el momento en que uno de sus seres queridos necesitó un trasplante, el no dudo en hacer un cambio en su cuerpo, para concederle vida y salud.

Después de que identificaran que era un donante apto, llegó el momento de la cirugía, el cual, significaba para sus hijos y esposa un riesgo y una posibilidad de perderlo, pero, también comienza la etapa de la reflexión, de ponerse en los zapatos del otro e imaginar si ese fuese mi caso.

“Hay diálogos que aparecen. Por ejemplo mis hijos tal vez reflexionaban: bueno, ¿y si fuese mi caso?, ¿y si fuese mi papá el que perdiera un órgano o fuese mi hermano? Llega otro momento de reflexión si yo también lo haría”, destacó Diego.

Luego de la cirugía, la familia siguió siendo su gran aliciente, por medio de los cuidados y el apoyo de su esposa e hijos, para lograr una buena recuperación.

Las redes de apoyo, conformadas por familiares, amigos y demás personas vinculadas a una persona, son primordiales en estos procesos, tanto de donación como de trasplantes, pues son un apoyo en momentos de crisis, un soporte emocional y una ayuda en caso de una emergencia.

“Cuando un paciente siente tristeza, siente que la familia no le apoya tanto, bueno, hay múltiples variables, puede dejar de medicarse, puede empezar a incumplir con sus citas y esto es muy importante, esto es muy serio”, recalcó Diego.

Por esto es que, es primordial mantener el estado emocional, la paz, la tranquilidad, las redes de apoyo, e incluso, tiene un gran impacto sobre la vida de un paciente trasplantado, el restaurar aquellas relaciones que se habían perdido.

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La historia de Sonia Vargas y la oportunidad que le dio un trasplante de Renacer

Para Sonia Carolina Vargas sus padres han representado un soporte para superar cada aspecto de su enfermedad, su madre ha sido su compañera de lucha; mientras que su padre, aunque falleció hace dos años, sigue significando un apoyo para ella, que aún siente su presencia.

Sonia fue diagnosticada con insuficiencia renal, por lo que el paso a seguir era comenzar un proceso de diálisis, pero ella no solo le temía a la enfermedad sino al tratamiento que le indicaban los médicos.

El trasplante de riñón no fue un asunto que se pusiera sobre la mesa en su caso, “no sé si por ese tema de que los médicos me veían tan resistente, porque yo lo mostraba era con mal genio, con desorden y con no hacer caso”.

Cuando Sonia ya había decidido que no quería realizarse más diálisis, ni continuar con esta batalla diaria, conoció a Ricardo, un paciente trasplantado de riñón y páncreas que no solo se convirtió en una oportunidad y un ejemplo, sino en el gran amor de su vida.

El trasplante de Sonia le dio una nueva sensación de tranquilidad por no tener que volver a realizarse la diálisis peritoneal, además de permitirle realizar actividades que antes no podía hacer, y sobre todo, “poder comer lo que lo que yo quisiera y cuanto yo quisiera, me dio más libertad”.

Fue así como Sonia emprendió un nuevo reto, a pesar de tener algunas dificultades de salud, ser una participante de los Juegos Nacionales para Deportistas Trasplantados, su objetivo más que ser la primera en llegar, era probarse mentalmente y cruzar la meta.

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El Renacer de Daisy Rodríguez después de dos trasplantes de riñón

Cuando los médicos le indicaron a Daisy Liliana Rodríguez que debía comenzar un proceso de diálisis, su primer pensamiento no fue de temor, al contrario, asimiló rápidamente y de la mejor manera su realidad, para ella este tratamiento era una ayuda que le permitiría prolongar su vida.

La máquina está reemplazando nuestros riñones, entonces todo lo que hace esa máquina, esa filtración, toda esa purificación de nuestra sangre nuevamente para salir limpios y para tener un día más, es una bendición”, destacó.

Sin embargo, su esperanza era no tener que depender de la diálisis, por eso junto a su madre consultaron a los médicos indagando por otras alternativas, que las llevaron a trasladarse desde Duitama a Bogotá, en búsqueda de un trasplante renal.

Hablamos acá con la familia y el más apto era mi papá, él tiene el mismo grupo de sangre mío”, por lo que comenzaron ocho días de realizarse los procedimientos correspondientes como donante vivo.

En medio de esa espera por su trasplante, Daisy debía continuar con su diálisis, pero llegó a un punto en que no aguantaba más tratamientos, por lo que definió una fecha para realizarse un último procedimiento.

“Yo le decía: ‘mami, sí no me trasplantan rápido, yo no vuelvo a diálisis’, porque me estaba consumiendo bastante. Esto se lo dije a ella un lunes, recuerdo mucho que le dije: ‘voy a ir hasta el viernes que me correspondía diálisis y le dejo las niñas en sus manos’, porque no soportaba una diálisis más”.

Finalmente, el martes en la mañana llegó la llamada esperada, donde le indicaban la preparación, fecha y hora de programación de su trasplante.

“El recibir un trasplante es nacer de nuevo. A mí me dijeron ese día: ‘recuerde que usted nació nuevamente el 2 de junio del 2015 y esa fecha, es la que usted va a celebrar como su cumpleaños’”.

No obstante, en un control el 16 de junio, el médico le indicó a Daisy que presentaba otra vez una falla renal, lo que significaba un nuevo trasplante, que en esta ocasión, sería de su hermana como donante viva.

“Yo lo que le decía a ella es: ‘lo voy a cuidar día a día, lo voy a cuidar como lo más preciado que voy a tener en mi cuerpo, para que sea hasta el día de mi muerte, porque tengo miedo de volver a una diálisis’”.

Para Daisy “el aprendizaje más grande que he tenido en todo este proceso es la fortaleza, es la unión familiar, a mí me enseñó a ser fuerte emocionalmente”.

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¿Por qué el riñón es uno de los órganos más trasplantados?

Según explica la Doctora Juliana Buitrago “los órganos más trasplantados y justamente las personas que tienen falla terminal del riñón, son los más abundantes en la lista de espera”.

Dado que, las enfermedades que dañan el riñón son las enfermedades más prevalentes en la comunidad, básicamente la hipertensión o la diabetes.

El riñón es un órgano que, al deteriorarse ambos, limita todos los aspectos de la vida de un paciente, pues se genera una dependencia a terapias de reemplazo renal, como la diálisis peritoneal o la hemodiálisis, para poder seguir viviendo.

“Quiere decir que, por ejemplo, con la hemodiálisis tienes que ir tres veces a una unidad renal en la semana, cada sesión dura cuatro horas, o sea que tú estás conectado a una máquina permanentemente” durante ese tiempo.

Lo cual, significa un cambio en tu diario vivir, muchas veces tener que hacer modificaciones en tu entorno familiar y social, evitar ciertas actividades que impliquen trasladarte por un largo tiempo, y poner por encima de todo como prioridad, el tratamiento.

Por ello, la mejor respuesta frente a la pregunta de ¿por qué donar?, podría ser que vas a ayudar a otra persona, “cuando haga esa acción, véalo o no lo vea, el resultado va ser que la vida de otro va a cambiar. Va a pasar de un blanco y negro y de un túnel de oscuridad, a un arcoíris a colores y a proyectos y metas, que cuando reciben el diagnóstico, parece que se quedan atrás”, detalló Diego como donante vivo.

Incluso, es importante discutir en familia o con tus seres queridos sobre la muerte, un tema que, aunque es difícil de tratar, también hace parte de este largo camino que es la vida.

Mi muerte puede ser la vida y la felicidad de otros, eso hay que conversarlo. La vida es un proyecto, cada quien elige cómo vivirla, a veces muchos pierden la opción de tener ese proyecto, y la donación les devuelve la vida a los proyectos de quienes son receptores”, concluyó Diego.

REDACCIÓN CANAL INSTITUCIONAL