Parkinson: causas, síntomas y tratamiento
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta a millones de personas en todo el mundo. Conoce cómo identificar sus síntomas y cuál es su tratamiento a continuación.
De acuerdo con los expertos de la Clínica Mayo, la enfermedad de Parkinson es un trastorno progresivo que afecta el sistema nervioso y las partes del cuerpo controladas por los nervios.
En las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, el rostro puede tener una expresión leve o nula. Es posible que los brazos no se balanceen al caminar y hablar puede volverse incomprensible o muy suave. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson se agravan a medida que progresa.
Según la Organización Mundial de la Salud, la discapacidad y las defunciones debidas a la enfermedad de Parkinson están aumentando más rápidamente que las de cualquier otro trastorno neurológico. La prevalencia de la enfermedad de Parkinson se ha duplicado en los últimos 25 años.
¿Cuál es la causa del Parkinson?
La causa exacta de la enfermedad de Parkinson aún no se conoce por completo. Sin embargo, la National Institute of Neurological Disorders and Stroke (NINDS) de los Estados Unidos, revela que es una combinación de factores genéticos y ambientales lo que puede aumentar el riesgo de padecerla.
Los estudios han identificado mutaciones en varios genes que están asociados con la enfermedad de Parkinson, pero estos casos son relativamente raros. La mayoría de los casos de Parkinson parecen ser esporádicos, lo que significa que no tienen una causa genética conocida.
También se ha investigado la exposición a ciertos productos químicos y toxinas ambientales como posibles factores de riesgo para la enfermedad de Parkinson, pero aún no se ha determinado una relación clara.
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¿Cuáles son los síntomas del Parkinson?
Como lo indica la Clínica Mayo, en sus primeras etapas los síntomas pueden ser leves y pasar desapercibidos. Por lo general, se manifiestan en un lado del cuerpo y continúan agravándose en ese lado, incluso comienzan a afectar las extremidades de ambos lados.
Pese a que los síntomas pueden variar de persona a persona, los más comunes según la Institución son:
Temblores: generalmente comienzan en una extremidad, como la mano o los dedos. Puede que te tiemble la mano mientras estás en reposo, y que el temblor disminuya cuando lleves a cabo alguna tarea.
Movimientos lentos: con el tiempo, la enfermedad de Parkinson puede retardar tus movimientos, y hacer que las tareas simples te resulten complicadas y te lleven más tiempo. También es posible que des pasos más cortos cuando camines o que te resulte más difícil levantarte de una silla. Además, puede que arrastres los pies al intentar caminar.
Rigidez muscular: La rigidez muscular en cuerpo, brazos y piernas puede ser un síntoma temprano de Parkinson.
Deterioro de la postura y el equilibrio: las personas afectadas pueden tener una postura encorvada. Además, pueden ocurrir caídas debido a la falta de equilibrio.
Pérdida de los movimientos automáticos: Es posible que se reduzca tu capacidad para realizar movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o mover los brazos al caminar.
Cambios al hablar: las personas que desarrollan esta enfermedad pueden hablar lento o muy rápido. Asimismo, el volumen de la voz puede bajar.
Cambios al escribir: la forma de escribir cambia, la letra puede ser más pequeña y las palabras más pegadas.
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¿Cómo se trata está enfermedad?
Existen diferentes tratamientos para la enfermedad de Parkinson que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Las opciones de tratamiento pueden variar según la gravedad y la etapa de la enfermedad, y deben ser individualizadas y supervisadas por un médico especialista en neurología.
Algunos de los tratamientos comunes para la enfermedad de Parkinson según la National Institute of Neurological Disorders and Stroke incluyen:
Medicamentos: Los medicamentos que se utilizan para tratar la enfermedad de Parkinson pueden ayudar a controlar los síntomas, como los temblores, la rigidez muscular y la lentitud de movimientos.
Terapia física: La terapia física puede ayudar a mejorar la coordinación, la fuerza y el equilibrio, y a reducir la rigidez muscular. También puede ser útil para aprender técnicas de respiración y relajación.
Terapia ocupacional: Este tipo de terapia puede ayudar a mejorar la capacidad del paciente para realizar actividades cotidianas y mantener su independencia. Los terapeutas pueden enseñar técnicas para vestirse, comer, bañarse y otras actividades.
Terapia del habla y del lenguaje: Esta terapia puede ayudar a mejorar la capacidad de comunicación de los pacientes, ya que la enfermedad de Parkinson puede afectar la voz, la pronunciación y la capacidad de articular palabras.
Cirugía: En casos graves, la cirugía puede ser una opción para controlar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. La cirugía de estimulación cerebral profunda puede ayudar a reducir los temblores y la rigidez muscular.
REDACCIÓN CANAL INSTITUCIONAL