‘La Última Cena’, de Leonardo Da Vinci, una obra llena de secretos


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Pintada entre 1494 y 1498, La Última Cena recrea el versículo bíblico en el que Jesús comparte el pan y el vino con sus doce apóstoles, momentos previos antes de ser arrestado, ante la traición de Judas Iscariote y, posteriormente, crucificado.  Una de las historias más importantes de la fe cristiana.

Uno de los cuadros más celebres del mundo, actualmente, reposa en el refectorio- lugar empleado para juntarse a comer- del convento dominico contiguo a la iglesia de Santa Maria delle Grazie, en Italia.

La obra ha sido objeto de numerosas restauraciones. Según información del Museo de Italia, "la más reciente de 1999, donde varios métodos científicos fueron empleados para restaurar los colores originales y en lo posible, para eliminar los rastros de pintura aplicada en anteriores intentos de restaurar el fresco".

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Con estas intervenciones, la obra también ha sido estudiada y analizada por expertos de distintas disciplinas. Entre ellos, la historiadora italiana Elisabetta Sangalli y  autora del libro Leonardo e le dodici pietre del Paradiso (Leonardo y las Doce Piedras del Paraíso), quien examinó las piedras preciosas que Da Vinci pintó en las vestimentas de Jesús; para ella, cada una con un significado particular.

Sangalli aseguró que había llegado a dichas conclusiones, preparando la lección de una de sus clases de historia. "Observando bien los detalles, me fijé en el broche pintado por Leonardo a la altura del cuello de Cristo y seguí observando y lo noté en otros", dijo a EFE.

La historiadora hace especial énfasis en la esmeralda de la túnica de Jesús que, según dice, “es una piedra portadora de paz” y símbolo de la regeneración durante la época del Renacimiento. Asimismo, relacionó a la gema con la tribu de Leví, "la única que tenía acceso al sacerdocio".

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Al apóstol Juan le pintó un diamante, palabra traducida al hebreo como Yahalom. Según la teoría de la profesora, esta gema significaba “un corazón puro”.

A Andrés le corresponde un zafiro, que revela la “Ciudad Celeste del Apocalipsis”.

En total, suman ocho piedras preciosas que Sangalli ha analizado y comparado con las 12 que se mencionan en el Antiguo Testamento:

“28 Entonces harás que se acerque a ti, de entre los hijos de Israel, tu hermano Aarón, y con él sus hijos, para que me sirvan como sacerdotes: Aarón, con Nadab y Abiú, Eleazar e Itamar, hijos de Aarón. 2 Y harás vestiduras sagradas para tu hermano Aarón, para gloria y para hermosura. 3 Y hablarás a todos los hábiles artífices[a], a quienes yo he llenado de espíritu de sabiduría, y ellos harán las vestiduras de Aarón para consagrarlo, a fin de que me sirva como sacerdote. 4 Estas son las vestiduras que harán: un pectoral[b], un efod, un manto, una túnica tejida a cuadros, una tiara y un cinturón; y harán vestiduras sagradas para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes. 5 Y tomarán para ello el oro y la tela azul[c], púrpura y escarlata, y el lino fino.6 Harán también el efod de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido, obra de hábil artífice. 7 Tendrá dos hombreras que se junten a sus dos extremos, para que se pueda unir. 8 Y el cinto hábilmente tejido que estará sobre él, será de la misma obra, del mismo material[d]: de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido. 9 Y tomarás dos piedras de ónice, y grabarás en ellas los nombres de los hijos de Israel: 10 seis de los nombres en una piedra, y los seis nombres restantes en la otra[e] piedra, según el orden de su nacimiento”.*

"En la simbología bíblica del Apocalipsis, el número siete es recurrente y por ello fueron siete los apóstoles elegidos por Leonardo", agrega.

Su libro, además de contener los resultados de su investigación, es un exhaustivo análisis de las obras restauradas desde 1487, en las que Sangalli examinó los colores exactos de las gemas, para atribuirles el significado correspondiente. 

*Éxodo 28- La Biblia de las Américas (LBLA)