“Nosotros también podemos perdonar”: víctima del conflicto
Francisco es una de las víctimas del conflicto que ha podido retornar a su tierra.
Según un informe del Observatorio de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, entre 1967 y el 2008, los pobladores del departamento de Córdoba presenciaron el surgimiento y fortalecimiento de grupos paramilitares, guerrillas y bandas criminales dedicadas al narcotráfico; quienes aprovecharon su ubicación geográfica, pues conecta a Antioquia con la costa caribe colombiana.
La convergencia de diversos actores armados distribuidos por toda la región hizo de Córdoba uno de los departamentos más golpeados por el conflicto colombiano; padeciendo el flagelo del secuestro, homicidio y desaparición forzada, entre otros delitos.
Allí, en el corregimiento de Leticia, vivió hasta el año 1999 Francisco Maussa, un agricultor que fue despojado de sus tierras por un grupo armado desconocido. “Simplemente nos dieron una orden y tuvimos que abandonar los predios, no hubo violencia, ni muertes; pero aparecieron unos señores a caballo, dieron la orden y uno tenia que hacer caso”, cuenta.
Ellos utilizaban una palabra común para amedrentar: decían “o vende usted o vende la viuda”
Francisco recuerda que, paulatinamente, varios de sus vecinos fueron abandonando el territorio y que a él y su familia este grupo armado les dio un cheque por $500.000, como pago por sus tierras.
Luego de abandonar la vereda, Francisco, su esposa e hijos, se instalaron en la ciudad de Montería, en la que tuvieron construir una nueva vida lejos de todo lo que sabían hacer. Él decidió capacitarse y con ayuda del SENA logró convertirse en técnico en construcción y pudo desempeñarse en este sector hasta el año 2015.
Nos fuimos adaptando a la ciudad, cambiar de trabajo de la noche a la mañana no es fácil
Tras casi 16 años de estar fuera de su territorio, Francisco y su familia lograron acogerse al programa de Restitución de Tierras y luego de mostrar evidencias concretas de que el predio había sido propiedad suya en el pasado, volvieron a vivir en el lugar que les fue arrebatado.
Francisco cuenta que al menos 68 familias ya han sido restituidas en este sector de Córdoba. Allí, sigue trabajando la Unidad para las Víctimas en la reparación integral de estas comunidades. (Ver informe ‘Así seguimos reparando a las víctimas)
Este agricultor asegura que no siente rencor por quienes, en su momento, lo despojaron de su tierra y lo obligaron a desplazarse hacia Montería. “El perdón viene de parte de Dios y si Él nos perdonó, nosotros también podemos perdonar a los demás”, asegura.
Francisco espera que los niños regresen al campo y se involucren más en los procesos de reconciliación que se están gestando en el departamento de Córdoba. Él considera que este es uno de los procesos más importantes de la historia de Colombia.