¡No humanices a tu perro!
Humanizar a los perros no es nada bueno. Un estudio de la Universidad Nacional de Colombia, Sede Palmira, encontró que esta conducta puede afectar la salud de las mascotas.
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Los hallazgos
El 90 % de los perros de la muestra que recibía sobras de la comida de sus dueños, o platos caseros, como caldos y salchichas, presenta obesidad.
Muchos también sufren afectaciones en su piel. Por ejemplo, peladuras y mal olor en la piel; causadas por bacterias que llegan como consecuencia de problemas metabólicos.
Alteraciones en los indicadores de colesterol, triglicéridos, glucosa, leptina y tiroides.
Afectaciones en su sistema respiratorio.
Posible desarrollo de diabetes.
Displasias de cadera.
Dificultad para correr.
Las razas de la muestra que reflejaron mayor prevalencia hacia la obesidad fueron Beagle, Labrador, Rottweiller y Pinscher. Pero en algunas razas criollas también se evidenció obesidad.
Tener un perro obeso resulta más costoso porque requieren concentrados más caros para mejorar su condición, y también una mayor frecuencia en la consulta a los veterinarios.
¡No solo es la alimentación!
Las dietas inadecuadas, con muchas calorías, generan acumulación de grasas. Sin embargo, los animales también se ven afectados por aspectos socioculturales.
Por ejemplo, vivir en una casa o apartamento pequeño, que la convivencia fuera solo con personas de la tercera edad, y la falta de juguetes. Todo estos contribuye a la obesidad del perro.
El mundo ideal
Es importante regular la dieta del perro según su edad. También hay que tener en cuenta la raza y el sexo (las hembras esterilizadas suelen estar más propensas a la obesidad).
Tener rutinas de ejercicio y caminatas.