La increíble hazaña de un youtuber en la estratósfera
A mediados de junio de este año, Faber Burgos y un grupo de amigos decidió comprobar qué tan cierto era lo que se decía en internet, con respecto a un experimento que permitía enviar una sonda casera al espacio.
Más que un hobbie, se convirtió en un reto, un propósito para estos amigos, entre ellos Faber Burgos, bogotano de 28 años de quien podemos decir que es un multifacético: amante de la ciencia y la paleontología, pero también atraído por las artes escénicas, los medios de comunicación y el mundo digital. Sus estudios superiores los enfocó en las lenguas modernas. De todo un poco.
La ciencia tocó su corazón cuando era niño al preguntarse cuánto demora la tierra en dar la vuelta completa alrededor del sol y si los demás planetas hacían lo mismo. Pensar en eso, lo maravillaba, así como construir en su mente cómo era la vida antes de los seres humanos.
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En este diálogo con Canal Institucional, Faber nos dejó ver una amonita en sus manos. Se trata de un tipo de fósil con más de 400 millones de años de edad. En su época, era un depredador que vivía en los mares, algo similar a un molusco dentro de una concha en forma de espiral, que tenía bocas afiladas al interior de un anillo de tentáculos.
Guarda su amonita como un tesoro y continúa describiendo que desde hace un tiempo se dedica a comprobar la ciencia a través de YouTube.
Faber, el Youtuber científico
Visitar su canal es encontrar cosas de este estilo: cómo hacer un microscopio en tres minutos, qué pasaría si la tierra tuviera más agua, cómo se ven algunas cosas en cámara lenta y un video muy oportuno: cómo hacer líquido antibacterial.
“Me gusta hablar de muchos temas y de manera profesional. Si me equivoco, prefiero eliminar el video”, asegura Faber. Por eso consideró que valía la pena comprobar si de verdad se podía enviar una nevera de poliestireno expandido, porque ese era literalmente el material de la sonda espacial que haría con sus manos.
“Consultamos con un único patrocinador que nos brindó los materiales como el GPS, la Powerbank (batería portátil de larga duración), la cámara GoPro, el habitáculo que realmente fue una nevera de icopor, el globo meteorológico y el helio. Luego se tramitó el permiso ante la aeronáutica civil”.
En septiembre llegó la esperada llamada.
“Para planear fueron tres meses; para ejecutar tuvimos solo un día. El 25 de septiembre en la mañana la Aeronáutica Civil me informó que la solicitud se había aprobado para hacer el lanzamiento al otro día. Tocó correr. Nos reunimos de forma extraordinaria en mi casa para diseñar la sonda” afirmó Faber.
3, 2, 1… ¡se fue!
El punto de partida elegido fue la finca La Primavera del municipio de Cuítiva, Boyacá, al nororiente de Tunja, cerca de la Laguna de Tota. Se opta por ese destino porque tiene muchas vías de acceso y eso facilitaría el rescate de la sonda en su regreso a la tierra.
“El diseño era sencillo. A la nevera de icopor se le hizo una abertura para que la cámara pudiera mirar al exterior. Conectamos la cámara a la Powerbank y nos dimos cuenta que se calentaba bastante y eso era bueno porque asumimos que así podría superar las bajas temperaturas de la estratosfera”, explica Faber.
La nevera con cámara incorporada iba adherida al globo meteorológico, el cual tenía más o menos, 1800 litros de helio. Ahí, todo el equipo que de alguna u otra manera ayudó, adoptó posiciones e hicieron el conteo regresivo para soltar el globo.
Lo que se empieza a ver es una bella zona montañosa con diferentes tonos verdes, y un sol generoso que decidió acompañarlos para hacer más atractiva esa aventura.
El video completo dura más de dos horas y por supuesto, Faber ya lo tiene disponible en YouTube.
Verlo, es como una especie de terapia. Escuchar el viento es casi sentirlo. Ver el paisaje boyacense hace pensar que realmente la naturaleza es encantadora y que los colores que la componen, nunca serán superados por algo artificial.
La selfie que tocó el cielo
Por supuesto, el detalle de todo el viaje de este globo fue ‘la foto’, esa que se ve en un extremo de la imagen que captó la cámara en todo su vuelo hacia el firmamento infinito. La bandera de Colombia también tenía que ir.
“En la foto aparecen personas muy importantes para mí, muy inteligentes y capaces: Mi novia que es ingeniera química, mi hermano que es técnico aeronáutico, la prima de mi novia que es estudiante contable. Me hubiera gustado que en la foto aparecieran todos los que me ayudaron como el señor ángel, las personas del helio, hicimos un equipo muy bacano, pero por el tiempo no pudimos imprimir otra”, cuenta.
En la medida que se va elevando, el sonido del viento es más sutil y van apareciendo las nubes con sus cuerpos esponjosos y blancos con matices grises. La cámara dentro de la nevera de icopor, está a merced del globo y el viento, por eso a veces produce hasta vértigo ver las imágenes de esta hazaña.
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La laguna de Tota se sigue percibiendo, aunque menos, cada vez. Mientras tanto, las nubes van quedando abajo, haciéndose más pequeñas… A la vez, empieza a notarse un color oscuro en el cielo y una forma redonda en el horizonte, que lo hace a uno respirar profundo y decir: ¡Wow!
Cuando se ve una pequeña esquina del universo
Después de 43 minutos de viaje, la vista es sublime. Se escucha paz, se percibe al planeta redondo decorado con un techo blanco y de fondo un espacio azulado y oscuro. El astro rey, brillando con esplendor y otros cuerpos celestes que se dejaron ver.
“Lo último que esperábamos es que fueran a salir esas imágenes tan bellas que se lograron. El mensaje medioambiental que queríamos, le llegó a la gente. No hay lugares iguales de cómodos como la tierra. Puede haber más planetas, pero no como éste. Es único y se debe cuidar. Es el experimento que cambió mi vida.”
El globo consumió el helio y después de hora y 20 minutos de vuelo, empieza a descender, captando imágenes más rudas por la velocidad de caída; aunque sigue siendo terapéutico ver eso. Le preguntamos cómo fue el rescate de esa sonda artesanal.
“En internet hay calculadoras que ayudan a predecir en dónde podría aterrizar un globo meteorológico dependiendo su gramaje y carga útil. Usamos una calculadora así y la predicción que nos mostraba, según el clima, fue muy exacta. Nos enviaba mensajes cada dos minutos”.
“El globo viajó 14 kilómetros en línea recta. Cuando lo rescatamos y nos dimos cuenta que la cámara no estaba empañada y seguía grabando, y que además el GPS seguía transmitiendo señal, dijimos: ¡La hicimos!”
Mejor que una película
“Cuando conectamos la cámara en el computador, nos dimos cuenta que hicimos imágenes espectaculares y eso nos conquistó. Yo me puse a llorar porque no creía lo que había pasado, quedé conmovido”, admite.
El júbilo de este joven colombiano no podía ser menor. Él, sus amigos y familia decidieron celebrar, viendo esa increíble película en compañía de una buena pizza.
“Me di cuenta que, con iniciativa, ganas y algo de presupuesto, en este país se pueden hacer cosas impresionantes. Imagínense cómo sería Colombia si los políticos le prestaran más atención a la educación de los jóvenes”.
“Créanme que se podrían hacer cosas únicas, incluso mejores que las que se hicieron con el globo. Quizá crear una agencia espacial en Colombia. Nos toca soñar. Yo soñé en el momento que vi esas imágenes”, asegura Faber Burgos.
Por eso, su mente visualiza llegar a la NASA, aún sabiendo que allí necesitan más ingenieros y matemáticos. Dice que un estudiante de lenguas modernas, con esa pasión por la ciencia, perfectamente podría ser parte del equipo de comunicaciones de la agencia espacial estadounidense.
¿Y los papás? No se cambian por nada. Orgullosos de sus hijos. Faber es el menor de tres y todos están dedicando sus vidas al estudio y a un aprovechamiento responsable de las nuevas tecnologías.
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Dice que “si todo se hace con amor y cariño, todo puede pasar, no solo conquistar a tus padres sino a todo el mundo”.
Considera que, para Colombia, un buen regalo sería tener educación superior gratuita, para que surjan más jóvenes como él, que no sean solo aficionados a la investigación, sino que tengan un apoyo real para ayudar a sacar adelante a la sociedad. “Más que experimentos, busco oportunidades”.
Espera que esta experiencia le abra muchas puertas y no descarta un nuevo lanzamiento, con mejoras, antes de finalizar el año.
Faber, el youtuber científico, demostró que se puede ser popular con temas inteligentes, que realmente sean ejemplo digno para un país que merece seguir soñando.
DIANA CAROLINA FAGUA TORRES