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Los 7 errores de Bolsonaro ante el coronavirus


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Ante medios de comunicación, el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, de 65 años, confirmó este martes que dio positivo para COVID-19. El mandatario afirma que comenzó a sentirse mal el fin de semana e inició a tomar cloroquina, hidroxicloroqina y acitromicina.

Durante los últimos meses, Bolsonaro ha demostrado su escepticismo ante el virus, que llegó a calificar de “gripecita”, circulando por las calles en cuarentena, asistiendo a actos públicos sin tapabocas, abrazando y besando a partidarios sin mantener las precauciones.

Sin embargo, hasta la fecha, Brasil ya es clasificado como el segundo país más golpeado por el coronavirus, después de Estados Unidos, al acercarse a 1’700.000 contagios y superar las 65 mil muertes. 

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Diferentes alcaldes y gobernadores han denunciado fallas en el sistema de salud y recursos insuficientes para atender la emergencia, por lo que se reporta hacinamiento en los hospitales y verse en la obligación de enterar a los fallecidos en fosas comunes.

Según un estudio realizado por la periodista Juliana Gragnani, de BBC News Brasil, diferentes factores han conducido a la gravedad a la que se enfrenta este país actualmente.

Te presentamos los 7 mayores errores de Brasil ante el coronavirus, según los análisis de expertos:

1. Incumplimiento del aislamiento social

Al conocerse la existencia del virus el país empezó a prepararse, a través del aislamiento voluntario, lo que retrasó su propagación, sin embargo, muchas personas decidieron abandonar esta iniciativa, al no ver la gravedad del virus.

"La epidemia empezó más lenta en Brasil y hubo un ligero retraso en el colapso del sistema en algunos lugares. Pero cuando fuimos a atender eso, el aislamiento fue abandonado en muchos lugares y hubo un rápido aumento de casos graves", asegura Raquel Stucchi, infectóloga de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y consultora de la Sociedad Brasileña de Enfermedades Infecciosas.

2. Anuncio de flexibilización de la cuarentena

Con el fin de tranquilizar a las personas, algunos gobernadores anunciaron que, en caso de mantenerse el mismo ritmo de avance del virus, en aproximadamente 3 semanas se podría levantar gradualmente la cuarentena.

Sin embargo, los expertos aseguran que esto causó que las personas entendieran que la situación estaba bien entonces “quedaban libres de la cuarentena”, mucho antes del momento adecuado.

"Esta noticia termina confundiendo mucho. La lectura de la gente es: 'Si ya están diciendo que se va a relajar en el futuro, es porque ahora todo está bien, puedo abrir mi tienda aquí, reunirme con mis amigos'", afirma Stucchi.

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3. No restricción de vehículos en días festivos

Durante el período de vacaciones de semana santa muchas personas viajaron entre ciudades y a la costa, ya que no existía la prohibición de movilidad en automóvil y las medidas de aislamiento eran muy laxas. 

Hubo tres días festivos consecutivos: Pascua, Tiradentes (conmemoración del héroe nacional el 21 de abril) y 1 de mayo, en los que las personas viajaron sin problema alguno.

4. La actitud de Bolsonaro

Probablemente uno de los mayores problemas de Brasil es la manera de actuar de su presidente. Desde el comienzo de la pandemia Jair Bolsonaro ha ignorado las reglas de distanciamiento social, alentando, participando y causando aglomeraciones en diferentes sectores. 

El presidente llamó al covid-19 "gripezinha" (una gripecita), minimizando la enfermedad en una transmisión en televisión nacional el 24 de marzo.

En distintas ocasiones ha dado paseos por las calles de Brasilia, abrazando y saludando personas para tomarse foros, causando aglomeraciones. Este ejemplo ha causado confusión en las personas.

5. Desacuerdo entre Bolsonaro, gobernadores y alcaldes

El presidente ha defendido la continuidad del comercio para evitar daños económicos, sin embargo, los gobernadores han adoptado medidas de aislamiento social en los estados brasileños para tratar de aplanar la curva de infección en el país. Esta disputa ha causado descontento entre el gobierno y los brasileños.

Ana Maria Malik, profesora de la Fundación Getúlio Vargas y coordinadora del Centro de Gestión de la Salud de la institución, asegura que este es un problema porque muestra que "no hay una gobernanza nacional clara, en la que las personas puedan creer" y saber "cuál es la guía para el país y para cada región".

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6. Despidos en el Ministerio de Salud

El 16 de abril, Bolsonaro despidió a su ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, principalmente porque el presidente no estaba de acuerdo con las declaraciones del ministro a favor de las medidas de aislamiento social.

Posteriormente, el oncólogo Nelson Teich, designado por Bolsonaro para sustituir a Mandetta en el Ministerio de Salud, renunció después de menos de un mes en el cargo. Estos cambios causaron mayor incertidumbre y reacciones retardadas en el sistema de salud.

7. Noticias falsas y curas milagrosas

En el país se alentó el uso de medicinas que "curarían" el covid-19, como el caso de la hidroxicloroquina, anunciada por Bolsonaro como la solución de Brasil a la enfermedad. El presidente recomendó el uso de esta droga, a pesar de no haberse demostrado científicamente su efectividad.

"Brasil y Estados Unidos han hecho un uso inapropiado de las promesas de tratamientos curativos y milagrosos. Esto significa que posiblemente muchas personas comenzarán a automedicarse y tardarán más en ir al hospital", señala Stucchi.

Adicionalmente, Brasil se enfrenta a un grave problema de noticias falsas en redes sociales.

La Universidad Federal de Minas Gerais y la Universidad de Sao Paulo realizaron una investigación que analizó 2.108 audios que circularon entre el 24 y el 28 de marzo, en 522 grupos de WhatsApp. El estudio concluyó que de los 20 audios que más circularon, 5 niegan la gravedad del coronavirus.

Se espera que en las próximas semanas se tomen nuevas medidas y se endurezcan las existentes, tras el anuncio del contagio del presidente Bolsonaro.

REDACCIÓN CANAL INSTITUCIONAL