El Bajo Cauca antioqueño renace, gracias al cultivo de cacao


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En el norte del departamento de Antioquia se encuentra el municipio de El Bagre, uno de los territorios de esta región en los que más se ha explotado la minería a lo largo de la historia de nuestro país. (Ver informe'La minería sin control, un enfoque desde los Derechos Humanos', de la Defensoría del Pueblo).

 

Allí, en la vereda La Capilla, vive Lidia Julio, líder del Consejo Comunitario de este corregimiento, y quien ha tenido que superar condiciones difíciles para abrirse paso entre la comunidad, convirtiéndose en una figura a seguir.

 

Lidia, al igual que su madre, trabaja con la minería artesanal en El Bagre, y de esta forma, logra obtener el sustento diario para ayudarle a su esposo con la manutención de sus seis hijos.

 

Ahora, ella encabeza la Asociación de Consejo Mayor de Comunidades Negras de El Bagre, ACOMACONEBA, que tiene como objetivo agrupar a la comunidad del municipio en busca del desarrollo y crecimiento de la región. “Sabemos que tenemos unas leyes que nos cobijan, así que pensamos que organizándonos podíamos salir adelante y conformamos la asociación. Porque de esta manera tendríamos más fuerza y los documentos legales para mostrar qué hacemos, en dónde estamos, las necesidades que tenemos y lo que podemos proponer”, dijo.

 

Entre las metas de esta agrupación, según Lidia, sobresalen los deseos de que cada habitante de El Bagre tenga una vivienda digna y mejorar las vías de acceso al municipio; pues de esta manera, los víveres que ellos siembran, además de servirles para el autoconsumo, podrán convertirse en proyectos productivos.

 

 

“Aquí todos en algún momento han perdido un ser querido o un amigo en la guerra”: Isabel Córdoba

 

65 kilómetros al occidente de El Bagre, se encuentra Tarazá. Según el informe 'Dinámicas del conflicto armado en el Bajo Cauca antioqueño y su impacto humanitario', publicado en el año 2014 por la Fundación Ideas para la Paz, La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Organización Internacional para las Migraciones, este municipio, como todos los que pertenecen al Bajo Cauca antioqueño, ha sido históricamente golpeado por el conflicto armado, los cultivos ilícitos y la presencia de diversos grupos al margen de la ley (Frentes 18 y 36 de las Farc, ELN y 'Los Urabeños'). Allí, en la vereda La Caucana, sus habitantes renacen gracias al cultivo de cacao, luego de sufrir por décadas la guerra.

 

Una de estas personas es Zurley Josefina Caré, quien cuenta que llegó a esta vereda de la mano de su madre, quien encontró en los cultivos de coca la única manera de sostener a sus ocho hijos. “Cuando yo no estudiaba, me iba con ella para las caletas a ayudarle a cocinar o, a veces, hasta a raspar la coca”, recuerda.

 

Años después y gracias a diferentes cursos de capacitación que llegaron al municipio, Zurley se formó como catadora de cacao. Ella se gana la vida gracias a los granos de este fruto que está creciendo en esta región.

 

Zurley ama su trabajo y sueña con llegar a las grandes transformadoras de chocolate para poder apotar sus conocimientos y experiencia en este campo. “Cada cacao es como un individuo, con características y cualidades diferentes”, dice.

 

Desde el año 2009, ACATA les ha cambiado la vida a muchos habitantes de Tarazá. Hoy, tiene 66 productores que trabajan en tres hectáreas de cultivos de cacao, comercializan su producto y esperan que un día este sea reconocido en el exterior por su calidad y sabor.