Diego Maradona: Argentina decreta tres días de duelo
Tras la muerte de Diego Maradona, el presidente de esa nación, Alberto Fernández, decretó el duelo nacional a través de un comunicado.
El Gobierno de la República Argentina ha anunciado este miércoles que el presidente del país, Alberto Fernández, decretará tres días de luto nacional tras el fallecimiento de Diego Armando Maradona.
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"Con motivo del fallecimiento de Diego Armando Maradona, el Presidente de la Nación decretará tres días de duelo nacional a partir del día de la fecha", anunció el Gobierno argentino en un comunicado.
Por su parte, Alberto Fernández dijo sentir "mucha tristeza" tras conocer la noticia. "No puedo creerlo. Estoy desolado. Es la peor noticia que puede recibir un hincha de Argentinos Juniors, nosotros lo amamos. Mucha tristeza", indicó en declaraciones al diario 'Clarín'.
El epitafio que quería Maradona
Diego Armando Maradona, el 'Pelusa', nació en Lanús (Argentina) en 1960 y falleció, apenas seis décadas después, siendo un genio del fútbol para algunos el mejor jugador de la historia, para dar 'Gracias a la pelota' desde su lugar de descanso y poner fin a una vida de excesos, fuera de los terrenos de juego, y de genialidades en el verde.
Entrevistándose a sí mismo, en su programa 'La noche del Diez', aseguró que en su lápida diría: 'Gracias a la pelota'. Gracias a ella, Maradona brilló. Con ella, disfrutó e hizo disfrutar. Sin ella, se fue marchitando por sus otras adicciones, mucho más letales que dar patadas a un balón, sobreviviendo a situaciones límite hasta hoy 25 de noviembre.
Se va un futbolista que no dejó indiferente a nadie. Protagonizó disputas personales, se encaró con varios rivales, y hasta creó una que pudo ser eterna con Pelé, astro brasileño con quien se discutía el ser el mejor de la historia. La rivalidad entre Maradona y Pelé sobrepasó la de Argentina y Brasil, aunque hubo paz últimamente y Pelé, como uno más, lloró la muerte de Diego: "Un día jugaremos juntos en el cielo, amigo", le dedicó 'O Rei', de 80 años.
En los terrenos de juego, donde la palabra de Maradona era su bota zurda, ahí sí que habló. Suya fue, no obstante, 'la mano de Dios'. El que puede ser gol más importante de su carrera, el que permitió acabar levantando el Mundial de México '86 a Argentina, el segundo tras el de 1978 en casa y el último, lo convirtió "un poco con la cabeza y un poco con la mano de Dios".
Esas fueron sus propias palabras. Una mano y un gol, en cuartos ante Inglaterra, clave para llegar a la final y batir a una Alemania que, en la cita de Italia en 1990, se tomaría la revancha en la reedición de aquella final.
COLPRENSA