#ConversemosEnPaz: Además de los acuerdos, aprender y desaprender para la paz
Grupo de Pedagogía para la Paz
Presidencia de la República
Bogotá, 25/SEP/2016 (Informe Especial).- Además de refrendar los acuerdos de La Habana, la sociedad colombiana tendrá que desaprender todas las formas negativas de relación heredadas del conflicto y aprender a decidir colectivamente con nuevas sensibilidades, emociones, sentimientos, narrativas, lenguajes, actitudes y acciones. Sin ellas, será imposible construir los liderazgos que se requieren para la paz.
Así se infiere del diálogo entre el Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón y tres maestras, expertas en educación para la paz, invitadas por el Canal Institucional al quinto capítulo de la serie Conversemos en Paz, el domingo 27 a las 8 de la noche. El programa puede verse también por Internet en www.canalinstitucional.tv
Las conversadoras
Las protagonistas son María Teresa Ramírez Cardona, Magister en Educación y Pedagogía; Amada Benavides, presidenta de la Fundación Escuelas de Paz y consultora de la Campaña Mundial de Educación para la Paz; y Marieta Quintero, Doctora y Post Doctora en Ciencias Sociales, autora de Las Escuelas como territorios de Paz y coordinadora nacional del Colectivo Educación para la Paz, que agrupa a 45 instituciones públicas y privadas.
Desaprender
Hay retos como desaprender modelos de liderazgo verticales e impositivos, visiones de la realidad en blanco y negro, procesos indeseados de poblamiento de los territorios y usos de sus recursos; relaciones de exclusión o estigmatización, discriminación a víctimas del conflicto y a excombatientes desmovilizados, y estereotipos sobre los valores y estilos de vida de los pueblos indígenas y comunidades afrocolombianas.
Desaprender, como dijo el Presidente, a desterrar de nuestros cuerpos sentimientos tan negativos como el odio, renunciar a todas las prácticas con las cuales deshumanizamos al contrario y expresiones como “ratas” y “terroristas” con las cuales hemos descalificado a los “enemigos” en la guerra.
Aprender
Hay tareas pendientes como aprender a indignarnos ante todo hecho atroz, evitar la imposición de dogmas o visiones de la sociedad y la cultura, reconstruir la memoria histórica, decidir colectivamente acciones que impactan el interés colectivo, generar sentido a la salida política del conflicto, valorar la conversación informada como práctica social para la participación ciudadana y manejar emociones y sentimientos, lo cual se aprende como matemáticas, inglés o biología.
No menos importante es aprender a reinventar los entornos escolares, los programas y las herramientas didácticas para niños y niñas que retornan de la guerra, o para comunidades donde cohabitan víctimas y victimarios, en las cuales son urgentes procesos de convivencia, perdón y reconciliación.
La práctica de la tolerancia parece sencilla, pero no lo es. Mal ejercida o entendida, la tolerancia puede lesionar la autonomía personal, propiciar silencios cómplices, desencadenar mecanismos perversos de autoprotección, desestimar la política como medio para resolver los conflictos y homogenizar las formas de pensar y actuar.
Se trata, en fin, de pasar de la pedagogía del cerebro a la del corazón, las emociones, los sentimientos, las percepciones o las sensaciones de todos, niños y adultos, docentes y educandos, gobernantes y gobernados, todos los días, en todos los espacios, momentos y circunstancias, con nuevas narrativas, con sin exclusiones, reconociendo y respetando la diferencia, la diversidad y el pluralismo.
Cátedra para la Paz
Para éstos y otros propósitos ha sido concebida y promulgada la Cátedra para la Paz, cuya implementación legal comenzará en enero de 2016. No obstante, las invitadas expresaron insatisfacción y temores pero también destacaron algunas bondades derivadas de su promulgación y apropiación.
Insatisfacción porque, a su juicio, en el proceso de diseño no participaron todos los actores del sistema educativo y por tanto se desaprovechan muchos aprendizajes y saberes de escuelas y maestros en territorios marcados por el conflicto y se adoptan estándares establecidos desde arriba, sin enfoques diferenciales.
Sienten que no hay articulación con los aprendizajes en competencias ciudadanas, formación para la ciudadanía y educación para los derechos humanos y temen que frustre a muchos porque no ha habido un proceso previo de formación para implementarla.
Sin embargo, reconocen que la Cátedra para la Paz ha sido un pretexto para reflexionar sobre el rol de la escuela, debatir programas y herramientas didácticas e imaginar entornos de aprendizaje y procesos pedagógicos de educación para la paz. Destacable, dicen, el interés creciente en el mundo universitario y en los sectores académicos.
Encuentro Nacional de Educación para la Paz
Para facilitar el intercambio de saberes sobre la educación para la paz, formal y no formal, los próximos 1 y 2 de octubre tendrá lugar en Bogotá un Encuentro Nacional, entre profesionales de diversas disciplinas, comunidades de base y organizaciones sociales y comunitarias que desarrollan procesos pedagógicos para la construcción de una cultura de paz.
El encuentro se nutre de los hallazgos y recomendaciones de convocatorias de diversos grupos, colectivos y plataformas que trabajan desde hace más de una década en temas de educación en derechos humanos, educación para la democracia y la ciudadanía, educación para la convivencia, resolución de conflictos, y otros temas conexos con la educación para la paz.
El objetivo es articular esos esfuerzos y crear una Agenda Nacional de Educación para la Paz, que ayude a superar diversas formas de violencia directa, estructural y cultural y permita el establecimiento de una cultura de paz, más allá de la paz del cese al fuego y los acuerdos, es decir, una paz con justicia social, promoción de los derechos humanos, avance de la democracia, solidaridad y corresponsabilidad. (Fin/CCh).
Vea Conversemos en Paz, el domingo a las 8 p.m. por Canal Institucional y vía streaming en www.canalinstitucional.tv
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