¿Biden o Trump? Estados Unidos aún no decide su futuro
¿Cuatro años más con Donald Trump o cambio de dirección con Joe Biden? Te contamos cómo funciona el sistema electoral en Estados Unidos, que es distinto al de Colombia y que decidirá el ganador que será huesped de la Casa Blanca en 2021.
Los estadounidenses decidieron este 3 de noviembre si quieren otros cuatro años más de Donald Trump en la Casa Blanca o por el contrario prefieren un giro de la mano del demócrata Joe Biden.
Tanto los sondeos como los pronósticos de los expertos coincidpian en que las opciones de que Trump fuera reelegido eran bastante reducidas, pero el magnate también partía en desventaja en 2016 frente a la demócrata Hillary Clinton y al final terminó alzándose con la victoria.
El complicado sistema electoral estadounidense, por el que los ciudadanos no votan directamente a su presidente sino que eligen a los integrantes del Colegio Electoral que a su vez votarán por el inquilino de la Casa Blanca, deja entreabierta la puerta a que el republicano pueda resultar reelegido, pese a no obtener la mayoría del voto popular, como ya ocurrió en los pasados comicios.
Sin embargo, muy mal le tendría que ir a Biden para que esto ocurriera, o al menos eso es lo que consideran los expertos. El portal especializado en elecciones 'FiveThirtyEight' da como ganador a Biden en 89 de las 100 simulaciones distintas de resultados, frente a 10 para Trump, mientras que el pronóstico actual de Cook Political Report es que el demócrata tendría asegurados, con mayor o menor certeza, 290 votos en el Colegio Electoral.
De acuerdo con la media de sondeos a nivel nacional de Real Clear Politics, el exvicepresidente tiene una ventaja de 7,2 puntos sobre Trump, un dato a la baja que en los estados más disputados cae a 3,2 puntos. Este dato supone una ventaja mayor a la que tenía Clinton en la recta final en 2016, que era de 3,3 puntos.
Las elecciones, como ya viene siendo tradicional, se decidirán en un puñado de estados, los llamados 'swing states' o 'estados bisagra', ya que no votan siempre por el mismo partido. En esta ocasión, la llave la tienen media docena de estados (Florida, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte y Arizona). Si Trump quería tener alguna opción, debería imponerse en varios de ellos, como lo hizo en la Florida, uno de los trofeos más preciados, ya que estaban en juego 29 votos en el Colegio Electoral, y Pensilvania como el estado que, según los expertos, podría inclinar la balanza y que aún no termina de contar los sufragios.
La Base Electoral
Por lo que se refiere a la base electoral de ambos candidatos, está muy marcada. Biden cuenta con un firme apoyo entre mujeres, votantes negros y blancos con estudios universitarios, mientras que el principal respaldo para Trump lo constituyen los hombres blancos y los votantes blancos sin estudios superiores.
No obstante, aunque el presidente domina el apartado del electorado blanco, su ventaja con respecto a los 20 puntos que le sacó a Clinton en 2016 se ha reducido al mínimo. Además, Biden domina con claridad entre el electorado mayor de 65 años, pese a que hace cuatro años más de la mitad de este grupo votó por Trump.
El presidente también parece estar perdiendo tirón entre el electorado de las zonas rurales. Si en 2016 obtuvo una ventaja de 28 puntos sobre su rival demócrata, según sondeos a pie de urna, esta se habría reducido ahora hasta los 15 puntos.
La única noticia positiva para el mandatario es que el candidato demócrata no tiene tanto tirón entre el electorado hispano como Clinton, aunque también en este apartado Biden está por delante. Los votantes hispanos han ido ganando cada vez más peso y para estas elecciones su número por primera vez estará por encima del electorado afroamericano (el 13,5 por ciento y el 12,5 por ciento respectivamente, según Pew Research Center).
El voto anticipado
Una de las peculiaridades de estas elecciones y también una de las pruebas de la polarización imperante en el país, es la previsible participación récord, a tenor de los millones de estadounidenses que han votado por adelantado. Según US Election Project, hasta el domingo habían votado algo más de 94 millones de estadounidenses, incluidos casi 60 millones que lo han hecho por correo y 34 que han acudido a votar de forma anticipada. en estados como Texas, el voto adelantado ya ha superado al total de 2016.
El principal problema que plantea el voto por correo y el voto anticipado es el del recuento. En el caso del voto por correo, antes de computarlo es necesario procesarlo de forma adecuada y validarlo: solo en 32 estados es posible llevar a cabo este proceso desde una semana antes de la jornada electoral (y solo en algunos iniciar el recuento) si bien en otros habrá que esperar al 3 de noviembre para ello, lo que dado el elevado número de votos emitidos por esta vía demorará el resultado.
Además, en 23 estados, los votos por correo se cuentan aunque lleguen algunos días después y en algunos estados incluso se permite su envío hasta un día antes de la jornada electoral, lo que previsiblemente alargará aún más el proceso de recuento y, en casos de un resultado muy ajustado, podría impedir dirimir quién es claramente el ganador.
Una eventual demora en la proclamación del vencedor (como la vivida en 2000 cuando fue el Tribunal Supremo el que terminó dando la victoria a George W. Bush en Florida por 537 votos y con ello la mayoría en el Colegio Electoral) podría abrir una crisis sin precedentes en el país. Trump ha criticado por activa y por pasiva el sistema de voto por correo, advirtiendo de posibles fraudes, al tiempo que no ha cerrado la puerta a no reconocer el resultado si esto no es de su agrado.
El sistema electoral de EE.UU.
Estados Unidos elige presidente con base a los votos del colegio electoral. Esto significa que el candidato que obtenga más votos a nivel nacional, no necesariamente ganará la presidencia.
El pulso en ese país se da estado por estado: para explicar mejor el sistema, debemos irnos a la elección del 2016, cuando el actual presidente derrotó a la candidata demócrata Hillary Clinton. La ex Primera Dama triunfó en el voto popular, pero perdió los votos electorales.
Cada estado da una cantidad de votos electorales (de acuerdo al número de representantes con los que cuente). Una región como California, históricamente demócrata, da 55 votos electorales, mientras que Texas, por tradición republicano, entrega 32. Esto propicia una elección muy cerrada, no solo en esta ocasión, sino en la mayoría que han celebrado los estadounidenses,
De allí la importancia de los 'swing states' o los indecisos, uno de ellos, la Florida. Trump ganó allí en 2016, pero cuatro y ocho años antes, el expresidente Barack Obama se impuso. esta región otorga 25 votos electorales. Así mismo, otros que aún no deciden, como Pensilvania y Michigan, también serán cruciales en esta definición.
Si Biden o Trump, con la suma de los votos electorales que da cada estado, llegan a los 270, ganarán la presidencia de los Estados Unidos y el derecho a estar en la Casa Blanca desde enero del 2021. ¿Quién lo logrará?
COLPRENSA / REDACCIÓN CANAL INSTITUCIONAL